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CRÓNICA DE UNA INVESTIGACIÓN…




El 19 de noviembre del año próximo – anterior, publiqué el artículo que intitulé Politizar la justicia o enjuiciar a la política; y, me referí a la repentina renuncia, del doctor Arturo Zaldívar, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En los tres primeros párrafos dije:

 

“Para sorpresa de quienes estamos inmersos en la vida jurídica, no con los que -con seguridad- preparó el escenario, para así hacerlo, el 7 de noviembre de 2023, renunció el doctor Arturo Zaldívar, quien, en los catorce años previos a esa dimisión, fue ministro de la Suprema Corte…

 

“…A pocas horas de que hizo pública su decisión, y sin que el Senado de la República admitiera esa renuncia, ya aparecía en fotografías al lado de quien -él- vaticinó, ganará la próxima elección a la Presidencia de la República; …no disimuló el motivo de su dimisión.

 

“Así, desde el que fue su escritorio, en el majestuoso templo de impartición de justicia, irrumpió lleno de videncias. Cambió la toga y los códigos, por la túnica y el sahumerio y, como experto pitoniso, predijo lo que le espera -a México- en el año 2024. O…, será que, por el daño que la política le ha hecho a la justicia…, ¿surgió el que va a enjuiciar a la política… …de oposición?”

 

El 6 de enero, del año en curso, hice otra referencia al doctor Zaldívar, en el artículo que intitulé La Suprema Corte… no y sí. Que enlacé con la insistencia del presidente López Obrador: la elección de jueces, magistrados y ministros (que, no refirió, en ninguna de sus tres campañas presidenciales), ni en los cuatro primeros años de su mandato…, justo porque -en ese tiempo- el doctor Arturo Zaldívar presidía la Corte y, con él ahí, ¿innecesario hacerlo? Dije en los párrafos finales de esa publicación:

 

“Desde la primera de sus conferencias matutinas, de este 2024, insistió -el presidente- en reformar al Poder Judicial Federal, que, por una parte…, no tolera y, por la otra, en forma tácita  acepta, y hasta parece su semillero político de altos niveles, por dos personajes:

 

“La primera secretaria de Gobernación, de su administración, fue la doctora Olga Sánchez Cordero, quien -en la Suprema Corte- hizo sólida carrera. Esa designación no fue algo excepcional; el doctor Arturo Zaldívar, presidió esa institución cuatro años y, ahí estuvo, hasta que renunció ¿para…?, y, antes de que el Senado aceptara su dimisión, ya había hecho pública su incorporación al proyecto, por el que -el presidente- hace campaña, desde hace meses y todos los días.”

 

En mi artículo Humo jurídico, que publiqué el 20 de enero último, cité: “De pronto, el de por sí agitado ambiente jurídico, se volvió turbulento…, …por la dimisión del doctor Arturo Zaldívar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ah, y ni bien sacaba un pie de ahí, y, ya tenía -los dos- dentro de la estructura de MORENA. Con ello, quedó claro, todo fue un concierto desde los altos niveles. Porque debió concluir -como ministro- hasta el próximo sexenio; así, la propuesta, para quien debería llegar en su lugar, correspondería al (la) próximo (a) presidente (a) de México.” Dije también:

 

“Con la renuncia del doctor Zaldívar, a la Suprema Corte, llegó, en su lugar, quien no tiene los antecedentes del escalafón que referí. Además…, sin antecedentes en los actos de litigio…

 

“Y, con su investidura, apareció el humo…. Ante la falta de argumentos, jurídicos, afloraron los extrajurídicos (como gusta a la actual administración federal). Dijo que no quería el seguro médico. Pidió que la inscribieran al ISSSTE, y agitó la bandera que enarbola el señor presidente de la República; quien, por cierto, cuando en forma por demás lamentable sufrió un infarto (en el año 2013), lo atendieron en uno de los hospitales más caros de México. Y, otra vez, el discurso lejos de los hechos.”

 

En el párrafo final de esa publicación dije: “Ahora, en su muy activa participación política, don Arturo Zaldívar, invita a cambiar los modelos de justicia… ¿Con qué actores doctor? …Su invitación, solo hace más denso el humo…, en el ambiente jurídico.”

 

Y corrió el telón… y, por lo que apareció en el escenario, la ministra Norma Piña, ordenó el inicio de la investigación; y, ojalá comience a dispersarse el humo y amaine la turbulencia. A esos ventarrones contribuyó el presidente de México al afirmar, en una conferencia matutina, que, cuando el doctor Zaldívar presidió la Suprema Corte, le hizo llamadas, por algunos asuntos.

 

En el proselitismo que -hoy- realiza el doctor Arturo Zaldívar, se arroga facultades de ‘infaltable’, en los más significativos eventos de MORENA. Se volvió mediático y hasta regaña en sus intervenciones. Además, se erige en el adalid de la justicia, y asume que (en torno a él), girarán las decisiones jurídicas en la próxima administración federal…, ¿cómo en su paso por la Presidencia de la Corte?, ¡uf!

 

Una vez… ordenada la investigación de referencia…, de inmediato reviró el doctor Zaldívar. Dijo que emprenderá diversas acciones en contra de la doctora Norma Piña; y…, …preguntarle ¿por qué no lo hizo antes? Así, en vez de actuar como jurista; o, con la vehemencia -con la que dicen actuó en la defensa de los banqueros-, en el asunto del FOBAPROA (una de las banderas de su -ahora- defensor de oficio), como buen seguidor de él, genera distractores y alienta a las huestes, para gozar del aplauso y alimentar el ego. Eso que es, el pan de cada día, en las actividades políticas.

 

Ya sin el doctor Zaldívar en la presidencia de la Suprema Corte…, …quieren -en los escenarios jurídicos y vía la elección de jueces, magistrados y ministros-, dejar de lado la ley…, y, con ello…, llevar a impartir justicia, a quienes solo tienen -como único mérito- su efímera simpatía…, algo así, como reza el refrán: “suerte te de Dios, del saber no te preocupes”; ‘nomás’… …pa’ atender, lo que quiere el señor.

 

Del trámite jurídico – administrativo – procedimental, que ya practican en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por decisión de la señora ministra Piña, que la preside (por todo y cuanto era un secreto a voces), podríamos citar, como paráfrasis, el título que -en 1981-, la mente brillante del ilustre Gabriel García Márquez dio a una de sus majestuosas obras. Solo que, no será una novela, -se trata de un expediente-, es… …la Crónica de una investigación… ¿me ayuda a complementar el título? Gracias.






 
 
 

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Rodríguez Puebla esq. Francisco I. Madero (altos), Colonia Centro

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