LA VORAZ ACTIVIDAD POLÍTICA
- Palemón Alamilla
- 11 nov 2023
- 4 Min. de lectura

No abundaré en la pretendida elección de ministros, magistrados y jueces, que refiere el señor presidente de la República. Lo hice en otro de mis artículos, consultable en esta página. Eso sí, para seguir la línea del discurso presidencial, sería de relevancia, proponer reformas a la ley, con las que, quien realice una función pública, a consecuencia de un triunfo electoral, o por designación de quien lo obtuvo, haga… -de cara a la nación- …los siguientes compromisos:
- No distraerse en actividades electorales, en tanto dure el cargo, por el que fue electo (a);
- Ni permitir que, a quienes designe, en las tareas de su función, se distraiga en dichas actividades,
- O, quien quiera hacerlo, renuncie con el tiempo suficiente, para separar la función de la pretensión.
Porque, es lamentable el descuido de su trabajo, por sus pretensiones, que rayan en la voraz actividad política. Los aspirantes…, desde sus funciones públicas, van, vienen; suben, bajan; buscan todos los reflectores posibles, etcétera, etc., y, sus actividades, las dejan en manos de segundos o… terceros. Todo ello, a cargo de quienes los eligieron o a consecuencia de la designación, de quien fue electo por el pueblo bueno, que siempre paga las facturas y, pareciera, lo seguirá haciendo.
Es innegable que, aspirar a un cargo de elección popular es legítimo, incluso por mandato constitucional: votar y ser votado; solo que, también conlleva una responsabilidad. Porque, al asumir el cargo -quien lo hace-, adquiere la obligación de estar al frente…, (con lo que ello implica), y recibe un salario. Luego, al distraerse de la función (salvo los que piden licencia sin goce de sueldo), están cobrando ¿sin hacer? Porque…, sus quincenas, aguinaldos, y todos sus emolumentos, en general, son íntegros. Y, ¿sin realizar sus labores de tiempo completo?, eso…, podría ser hasta…, ¿fraudulento?
Además, utilizan oficinas públicas para organizar eventos partidistas; y…, de sus despachos, los equipos de comunicación (teléfonos, internet); vehículos, y hasta el gasto de combustibles, entre otras muchas cosas. Además, distraen al personal de apoyo, para sus funciones, en tareas propias de sus aspiraciones (que aun siendo legítimas), esos bienes y servicios, son ajenos a sus pretensiones y…, con cargo al pueblo bueno.
Al renunciar…, lo hacen…, más por ‘cuidar’ la ley electoral, que, por dejar el escenario, en el que dispusieron, hasta el último momento, del tiempo y de los recursos. En sus campañas previas, al pedir el voto, no dijeron que se irían, cuando les viniera en gana. Ahí lo que quieren es ganar; después, hay quien todo lo tolera y hasta les van a pedir otro voto -incluso-, bajo las siglas de un partido político distinto, al que fueron en ocasión (es) anterior (es).
No toda la población (lo afirmo con respeto), distingue algunas cosas de las otras. En el devenir de nuestra historia han abusado de su bondad. Algo que mucho los ‘viste’, es hablarles de corrupción…, que generan, por el solo hecho de descuidar sus tareas. Por estar más ocupados en lo que viene. El presente ya lo tienen (si lo hacen bien -o no- pasa a segundo plano), seduce lo que sigue y, para lograrlo, se valen del puesto y, en algunos casos, hasta del presupuesto.
Con motivo de las elecciones del 2024, aparecieron los que ‘defenderían’…, a nombre de la expresión simplista de “corcholatas”. Acaso, ¿era necesario un proceso pre – electoral? Porque el señor presidente perfila que, él y su partido, tienen el ‘contento’ de la mayoría de la población; luego, ¿para qué realizar actos previos?, a los tiempos que marca la ley de la materia.
Cuánto nos costó, a los mexicanos, los recorridos que realizaron, por todo el país, los elegidos. No olvidemos que utilizaron aviones oficiales o vuelos comerciales; que, en forma por demás alarmante (algunos), gastaron -millones y millones de pesos- por sus anuncios en espectaculares, en todas las ciudades. Fue, hasta ofensivo, ver esa propaganda. Además de pintas de bardas; renta de espacios con mobiliario; vehículos y… muchísimos etcéteras. Esas actividades pre – electorales, sin precedente, en la historia de México. Ni en los mejores años, del priísmo, aconteció tanto gasto previo a las elecciones de ley. Esa fue una ocurrencia que rayó en un capricho…, ¡carísimo!
Abundaré…, ¿hay partidas, para gastos pre – electorales?, o…, ¿fue a cargo de los pre – aspirantes, todo ese monstruoso derroche?, no lo creo, ¿usted (es) sí? Además, si todos eran del mismo color, ¿alcanzó con lo que le asignan a su partido?, ¿Cómo justificar ese oneroso e innecesario dispendio?, ¿Y la tan cacaraqueda AUSTERIDAD? (lo dicho… el discurso, distante de los hechos). Como escuchamos por ahí… “…que no le digan, que no le cuenten”.
A las anteriores administraciones (a los que día a día, les pega el presidente -con todo-, en sus ´mañaneras’), refutaron sus triunfos, por rebasar los topes de campaña. Hoy, la… ‘…trasformación’, gastó desde la pre – campaña, y lo que falta, para la que comenzará en semanas; ahí, contrario al discurso presidencial (como en la -pre-), no habrá recato en los gastos. Usted (es) lo verá (n), sin duda. Esos dispendios, también, permite medir el comportamiento de los que fueron electos.
Bien le haría a la nación, que los actores de la vida pública se dediquen a sus labores, sin distracción alguna. No lo hacen…, por concierto de intereses, y los alcances que le dan a las disposiciones al respecto…, que mucho le cuestan a México.
Es -ahí- donde hacen falta ‘ajustes’ a la ley, no en la elección de jueces que, por cierto (los de competencia federal), según el INEGI -en 2022- tuvieron una efectividad de más del 96% y, desde las altas tribunas, poco escuchamos al respecto.
Marco copia, de este artículo, a quienes conducen el destino de nuestra nación y a las autoridades electorales, para ver qué le dicen al pueblo bueno. Cómo resolver (si es que quieren hacerlo), la voraz actividad política, que, para colmo, está a cargo de quienes los eligieron.
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